Traducido del inglés por Sandra Gusella
Queridos niños humanos,
Yo soy la voz de la Tierra. Yo los conozco desde siempre. Cada paso vuestro es sentido y reconocido por mí. Al nivel más profundo somos uno. Hay una conciencia que nos envuelve a ambos. Esta conciencia es majestuosa e indesignable. Es el espíritu de Dios. Es misteriosa y al mismo tiempo profundamente familiar. De la mano de esta Conciencia creativa se despliega el juego de nuestra unidad. Juntos jugamos un juego; somos compañeros en una relación que ha evolucionado a través del tiempo. Esta relación ahora está preparada para una transformación. Estamos entrando en una nueva era. Pero primero les contaré más acerca del comienzo del proceso de nuestra cooperación juntos. Es diferente de lo que ustedes podrían esperar.
En nuestro primer encuentro ustedes aún no eran humanos. No poseían un cuerpo físico. No estaban encarnados en la Tierra. Ustedes eran un ángel. ¡Y no simplemente cualquier ángel! Ustedes pertenecían a una familia de ángeles que intentaban pavimentar el camino para una nueva aventura en el cosmos. ¿De qué se trataba esta aventura? Lo explicaré en términos muy simples. En el cosmos existe la ley de que lo semejante atrae a lo semejante. Por ejemplo, después de que mueren en la Tierra ustedes automáticamente son halados hacia un área en el mundo espiritual que refleja vuestro estado de conciencia. Vuestro entorno es un reflejo directo de cómo se sienten ustedes por dentro. Hay una unidad entre lo interno y lo externo. En el mundo espiritual hay reinos de luz y reinos de relativa oscuridad. Estos reinos están separados. Éste no es el caso de la Tierra, o así es lo que parecería. En la Tierra están presentes todas juntas muchas clases de conciencias diferentes e interactúan unas con otras. Hay una gran diversidad, y por lo tanto la Tierra es como un enorme crisol de diferentes reinos de conciencia.
Incluso aquí, es el caso de que ustedes crean vuestra propia realidad por vuestro propio estado interior de conciencia. Sin embargo, esto es algo que gradualmente llegan a entender en el curso de una profunda búsqueda espiritual. Al comienzo ustedes son enormemente distraídos en la Tierra por un mundo externo que no parece ser creado por vuestra propia mente en absoluto. Por el contrario, ustedes parecen ser el producto de esa realidad más que su creador. En el mundo espiritual la unidad entre lo interno y lo externo es simplemente algo conocido, concreto y palpable. En la Tierra se requiere de una conciencia altamente evolucionada para comprender tal unidad y para tomar responsabilidad por uno mismo como creador.
En la Tierra se lleva a cabo un experimento especial. Cuando ustedes están aquí en forma física un velo es puesto sobre ustedes de modo que no reconocen vuestro propio poder creativo divino. Permanece ahí hasta que despiertan y ven que ustedes son Dios en el centro de vuestro ser. Luego el velo se cae y también reconocen la unidad subyacente que penetra a todas las criaturas vivas de la Tierra. El proceso de despertar en la Tierra es intenso, y la existencia misma de la Tierra le da un impulso evolutivo a todo el mundo espiritual. Especialmente en el mundo espiritual puede haber una falta de cambio y de dinámica. En verdad ha tomado lugar el estancamiento porque todos los reinos están muy nítidamente separados. El cambio-crecimiento, la evolución, ocurren cuando ustedes se encuentran y confrontan con lo diferente. Cuando yo hablo de tropezar con lo diferente no me refiero a tener una cortés charla con eso, sino más bien a una verdadera zambullida en eso. Ustedes aprenden y crecen de diversas formas de conciencia no al estudiarlas “desde arriba”, sino volviéndose ellas. Esto es exactamente lo que sucede cuando ustedes se zambullen en la encarnación en la Tierra. Se sumergen en lo profundo, y al encarnar se conectan con diversos reinos de conciencia. Así es como ustedes forjan un puente entre reinos del ser que de otro modo no se habrían conectado.
Ser un humano significa ser un puente entre reinos ampliamente variables de conciencia. En la forjadura de ese puente yace la esperanza para una expansión de la conciencia en todos los reinos del mundo espiritual. Incluso el reino más altamente evolucionado en el mundo espiritual gana un impulso de crecimiento y renovación por el gran experimento en la Tierra. Los seres humanos son capaces de explorar los extremos de la luz y de la oscuridad y de finalmente reconocer la unidad detrás de todas las formas y apariencias. Cuando el ser humano comienza a alcanzar esta conciencia de unidad por dentro pasa a ser un creador consciente en la Tierra, y su presencia tendrá un efecto transformador y sanador sobre todas las criaturas vivas con las que entre en contacto.
Crear conciencia de unidad es la misión de vuestra aventura en la Tierra. Yo comencé esta historia mencionando que cuando en un principio comenzamos este proceso de cooperación, ustedes no eran humanos sino ángeles. Vuestra conciencia aún no se había unido a ninguna forma material y ustedes se sentían fuertemente conectados a los otros ángeles que los rodeaban, vuestros hermanos y hermanas. Había una unión tan fuerte entre ustedes que se sentían como las células de un organismo. Ustedes trabajarían para un bien común de un modo obvio, desinteresado, siendo de la misma mentalidad y corazón. En un cierto momento ustedes oyeron un llamado de la Tierra. Fueron invitados a embarcarse en un viaje con este planeta. ¿Por qué ustedes? Para hacer corta una larga historia: entre los ángeles ustedes fueron los valientes. Eran intrépidos, apasionados y sí algo tercos y obstinados. Se ha sostenido que ustedes fueron desterrados del paraíso debido a vuestro deseo de conocimiento y a vuestra obstinación. Y sí, en verdad ustedes eran curiosos y un poco revoltosos también. ¡Pero así era precisamente como se esperaba que fueran! ¿Ustedes creen que Dios cometió un error al crearlos? Bueno no, Dios sabía exactamente qué estaba haciendo y dicho sea de paso, Dios no considera nada como malo o pecaminoso fácilmente. Dios es perfectamente capaz de vivir con vuestros “pecados”. Ustedes son los que más sufren por eso.
Aunque es comprensible que como seres humanos ustedes puedan arrepentirse de vuestros propios actos, no es sabio estar eternamente acongojado por ellos. Con respecto a esto ustedes han sufrido mucho por vuestra religión la cual ha puesto tanto énfasis en la culpa y el castigo. Dios es más amoroso y compasivo de lo que ustedes jamás pudieran creer que sea posible. Ustedes son perdonados antes de equivocarse. Dios de todo corazón les concede el espacio para cometer errores. Ella/Él más bien prefiere que ustedes consideren vuestros propios errores con ecuanimidad en lugar de apalearse por ellos. Todos esos “errores” son pasos en el viaje interior, el viaje en el que ustedes llegan a conocerse completamente. Este viaje no necesita ser recto, es un hecho que sea errático. Sin giros y vueltas no hay experiencia, y sin experiencia no hay despertar. Primero ustedes tienen que perderse para poder volver al Hogar conscientemente. Ustedes fueron aquellos que asumieron totalmente la experiencia de la “perdición”, con la pasión y la obstinación que Dios él/ella misma plantó en vuestros corazones. ¡No obstante, yo me estoy desviando un poco de mi tema!
Una vez que ustedes oyeron el llamado de la Tierra entraron a mi dimensión. Encontraron un planeta rico en vegetación, con verdes bosques, océanos infinitos y un reino animal floreciente. Ustedes se sintieron conmovidos por la belleza y la riqueza que había sobre mí. Se sintieron invitados a participar en esta vida, a inspirarla y a nutrirla con la energía angelical que estaba a vuestra disposición. Yo estaba feliz con vuestra llegada. Ustedes eran mis pastores; ayudaron a cuidar la vida y hasta plantaron semillas de cambio e innovación dentro de las formas de vida que existían. ¿Cómo lo hicieron? Ustedes estaban tan cerca de la Fuente del poder creativo que tenían habilidades mágicas, como uno las llamaría hoy. Ustedes se permitieron imaginar nuevas formas de vida excitantes y estas imaginaciones llegaron a ser semillas espirituales que se juntaron a las formas de vida ya existentes. Ustedes impregnaron la vida con nuevas ideas. Así es como la evolución biológica tuvo lugar. Todas las formas biológicas nacen del Espíritu. Las formas físicas, materiales, son la manifestación de fuerzas naturales. El espíritu es mucho más fuerte de lo que ustedes asumen. Han crecido en un marco mental materialista, el cual les dice que lo físico – como es descripto por la ciencia de la física – es la base de la realidad. En realidad lo opuesto es verdad. El espíritu no es el producto de la materia sin conciencia. Toda la materia está impregnada de una conciencia creativa que la sostiene.
Déjense llevar por vuestra imaginación por un momento. Recuerden quiénes eran en aquella época antigua. ¡Es posible! Vuestra alma es abierta e ilimitada. No conoce el tiempo ni el espacio. Imaginen que flotan sobre los océanos y bosques de un cuerpo muy refinado y etéreo. Se sienten hechizados por la belleza que ven, por la aventura que va a tener lugar aquí. Véanse como un ser angelical guiado por la alegría y la pasión. Se sienten tan libres como un niño que puede hacer todo lo que quiera. Ahora imaginen que unen vuestros poderes para expresar vuestra sensación de alegría y respeto por la vida en una magnífica flor. Permítanlo e imaginen que aparecen de una flor que particularmente les fascina. Vean sus colores y siéntanla desde adentro. Oigan la risa de la flor brotando de su corazón como pequeñas campanitas sonando – es como música para vuestra alma. Ahora pasen esta imagen a mí, la Tierra- Imaginen cómo cae dentro de mis entrañas y cómo es nutrida ahí por poderes físicos y etéreos que ayudan a que esta semilla espiritual gane forma material. Esto es lo que ustedes hicieron en aquellos tiempos antiguos. Ustedes se dejaron llevar por la flor de vuestra inspiración y me impregnaron con eso. Y yo fui receptiva. Yo, la conciencia presente en este reino material quería ser impregnada y absorber vuestras formas de pensamiento.
Nuestra asociación y cooperación proviene de aquél tiempo. Es la razón por la que ustedes pueden emocionarse tanto por la belleza de la naturaleza y por la inocencia de las formas de vida no humanas. No sólo son tocados por su belleza física, ustedes también recuerdan la vieja conexión que existe entre ustedes y la vida en la Tierra y el alegre juego que alguna vez jugaron. Ustedes hicieron vuestra contribución a la creación de muchas formas de vida en la Tierra. Como un ángel ustedes fueron los padres espirituales de la vida en la Tierra. Así de profundo y lejos llega vuestro poder creativo.
Durante el tiempo del cual estoy hablando también estuvieron presentes poderes oscuros en el universo, quienes se sintieron fascinados con el florecimiento de la conciencia en la Tierra. Los poderes oscuros no son nada más que energías que aún no están conscientes de su naturaleza divina y por lo tanto creen que necesitan algo fuera de ellos para estar enteros y completos. Estos poderes oscuros querían alimentarse de la vida en la Tierra que irradiaba tal vitalidad y fuerza de vida. Como reacción a la intrusión de estos poderes oscuros, ustedes quisieron proteger la vida en la Tierra. Vuestras emociones se parecieron mucho a los de un padre que quiere resguardar a su niño del daño. Para encontrar y confrontar a los intrusos, ustedes tuvieron que tener cuerpos más densos y vivir en una vibración más densa, menos fluida y sutil que los reinos de los ángeles. Esencialmente, la intrusión de la oscuridad encendió en ustedes una chispa de pasión y un espíritu luchador, y esto a su vez los haló más profundo dentro de la materia. El próximo paso para ustedes en vuestro viaje fue dejar de ser un ángel y tomaron el camino de la encarnación.
Con este paso ustedes en algún sentido perdieron vuestra inocencia. Justo antes de este paso hubo un momento de duda en el cual se dieron cuenta de que al volverse más materiales ustedes soltarían algo muy precioso. Ustedes perderían vuestras alas de ángeles, las cuales simbolizan la liberación del tiempo y del espacio, la liberación del nacimiento y de la muerte, la liberación del miedo y de la ilusión. Aún así había algo que los atraía profundamente hacia la aventura de la encarnación. Ustedes eran un ángel apasionado y audaz, como yo les dije. Y así era como debía ser. Aparentemente vuestro viaje tomó un giro negativo cuando dejaron de ser un ángel y se comprometieron en una batalla con las fuerzas oscuras. Ustedes se involucraron en varios conflictos y guerras por un tiempo muy, muy largo. Por otro lado, esta zambullida en lo profundo hizo posible esparcir vuestras energías angelicales por los rincones más lejanos del universo. Vuestra energía angelical es una parte inalienable de ustedes la cual, aún si es temporalmente velada, nunca puede ser quitada de ustedes.
Vuestros primeros cuerpos mortales no estaban hechos de materia física como la conocen en la Tierra. Eran mucho menos densos y compactos. Uno no podría ser capaz de verlos con ojos humanos. Vuestra conciencia era menos enfocada que ahora. Ustedes aún iban y venían fácilmente de vuestras formas físicas y experimentaban la realidad de un modo similar a como ustedes ahora experimentan la realidad cuando sueñan. Eran menos conscientes de ustedes mismos como una entidad separada, vuestro “Yo” como opuesto al mundo exterior. Actualmente ustedes están muy atados a vuestra forma física. Muchos de ustedes piensan que son esa forma y que perecerán con el cuerpo físico. En vuestras primeras encarnaciones esto no era aún el caso, y de varias maneras eran mucho más libres de ir y hacer lo que les gustaba. Sin embargo, ustedes se sentían confundidos. Aunque eran guiados por la intención de luchar por la luz y proteger la vida, ahora ustedes también tenían que tratar con emociones oscuras tales como el miedo, la desolación y la duda. Tan pronto como comienzan a pelear contra alguien o algo, ustedes no pueden hacerlo si no absorben parcialmente la vibración de vuestro adversario. Si eso no pasara, no habría un terreno común desde el cual comenzar la batalla y ustedes simplemente soltarían al otro completamente.
Como un ángel, ustedes realmente sólo tenían sentimientos nobles y elevados. Había alegría, entusiasmo y una fuerte sensación de conexión. Cuando descendieron al camino de la encarnación se formó un cuerpo emocional alrededor de vuestra alma. Este cuerpo energético contiene respuestas emocionales que surgen cuando ustedes no perciben la realidad desde un punto de vista de unidad y de conexión. Los sentimientos de los ángeles tienen su asiento en el corazón. Las emociones que ustedes experimentan cuando encarnan están relacionadas con los tres centros de energías más bajos (chakras) que en vuestro cuerpo están localizados alrededor del estómago, del vientre y del coxis. Estos tres chakras forman la escalera para la encarnación: a través de ellos ustedes canjearon la experiencia de la unidad por la experiencia de la dualidad. Es también a través de ellos que suben la escalera y se elevan desde la dualidad a la unidad. Vuestro cuerpo emocional presenta el obstáculo más grande para la paz interior y la liberación, porque contiene miedo, tristeza e ira. Aún así el camino hacia arriba, pasa por el cuerpo emocional y no por el costado o alrededor de él. Hablaremos de esto más adelante.
A medida que vuestro cuerpo emocional se volvía más pesado y denso y perdían la huella de vuestro origen, surgió la posibilidad de encarnar como un humano. Mientras tanto habían llegado a ser almas viajeras experimentadas; se habían vuelto expertos tanto en los aspectos de la vida de la luz como de la oscuridad. Las energías de la dualidad se habían prendido en ustedes, lo cual significa que por un largo tiempo habían creído en las ilusiones que esto crea. Si ustedes creen en la dualidad, en lo profundo de vuestro interior creen que están solos, que son miedosos e ineptos, y que necesitan algo fuera de ustedes que los proteja, los alimente y los reconozca. Partiendo de esta idea ustedes comienzan a ejercer poder sobre otros y esconden vuestra vulnerabilidad, o pueden volverse demasiado vulnerables y regalar vuestro poder a otro poder que quiere alimentarse de vuestra energía de vida. Ya sea como víctima o como ofensor en este juego, el error fundamental que ustedes cometen es que piensan que no pueden experimentar la totalidad dentro de ustedes mismos. Hay un hueco que quieren llenar, ya sea siendo jefe o siendo esclavo. Este juego es muy doloroso, como muchos de ustedes lo han experimentado. En aquél pasado lejano hubo un momento en el cual ustedes comprendieron esto enérgicamente. Éste fue un momento de cambio. Ustedes habían experimentado ambos extremos del juego y sabían que no había una solución real en ninguno de ellos. Sabían que algo tenía que cambiar pero no sabían cómo. Se habían alejado mucho de la libertad original y de la alegría del ángel interior. Aún así vuestro cuerpo emocional sostenía un recuerdo, una añoranza del hogar. Ustedes sabían que había algo a lo que querían regresar, algún Hogar, un estado del ser que se sentía en ustedes como un éxtasis celestial. Vuestro cuerpo emocional ahora se aventuró a un nuevo camino. Habiendo explorado los extremos de la dualidad, ahora comenzaba a volcarse hacia adentro. El cambio de conciencia creó el impulso para encarnar en la Tierra como un humano.
En ese punto el ser humano ya existía en la Tierra como una forma biológica de vida. Sin embargo cuando ustedes entraron a esa forma de vida le agregaron algo, lo cual hizo que el ser humano sea menos animal y más autoconsciente. La biología humana está relacionada con el reino animal, pero el ser humano fue forjado por poderes que no surgen solamente de la evolución natural en la Tierra. Lo que separa al hombre del animal es la habilidad de ser autoconsciente. Por medio de esta habilidad el ser humano es capaz de transformar su cuerpo emocional y de esparcir conscientemente en la Tierra la energía del corazón. Mientras que los reinos no humanos de la naturaleza irradian la alegría y la conexión de los ángeles inconscientemente, es la misión de la humanidad transformarlo en una energía consciente.
Al encarnar en el ser humano como existía en la Tierra ustedes le agregaron algo a su desarrollo, y este agregado ha sido controversial. Por un lado la autoconsciencia sostiene una gran promesa; por otro lado los puede descarriar. Volviéndose humano en la Tierra ustedes esperaban reconectarse con toda la vida en la Tierra y ser el creador bondadoso y el guardián que una vez fueron. Ser un humano es una realidad rica y complicada. Muchos aspectos de la realidad se juntan en el ser humano: ustedes en parte son animal, vegetal y mineral, en parte un ser cósmico con una larga historia galáctica. Los seres humanos son luz y oscuridad, los perdidos y los salvadores, la causa del sufrimiento y de la destrucción y al mismo tiempo los mensajeros de la esperanza, del amor y del poder creativo. Muchos poderes convergen en el ser humano con el propósito de reconectar y cooperar. La conciencia del hombre sostiene la posibilidad de conectar reinos del ser ampliamente divergentes y de restablecer la idea de la unidad implícita. Debido a la posibilidad de comprender este hermoso ideal, la humanidad tiene concedida la oportunidad de cometer graves errores. El propósito aún puede ser logrado. La esperanza aún no está perdida.
En esta época surge la esperanza como nunca antes. Grandes cambios tienen lugar en la conciencia colectiva del hombre. Recién me referí a un momento en el pasado en el cual ustedes comprendieron que vuestra salvación no podía venir del juego de robar o dar energía, sino que la solución yace en encontrar la totalidad interior. Este conocimiento ahora germina en la conciencia de la humanidad. Es sólo una semilla, aún no es una planta. Pero el cambio es inminente y algo está despertando en el corazón de la humanidad. El corazón es la fuerza conectora entre muchos reinos de conciencia representados en el hombre: el terrenal, el galáctico y el cósmico. El llamado a la paz y a la confraternidad ahora resuena a través de todos estos reinos y este llamado colectivo crea una ola de energía que me absorbe a mí, la Tierra.
Si ustedes se sienten tocados por mis palabras y se reconocen a ustedes mismos en ellas, ustedes son uno de aquellos quienes le han hecho caso a este llamado del corazón. Ustedes son alguno de quienes quieren contribuir a la transformación de la conciencia en la Tierra. Yo les doy la bienvenida y deseo asistirlos. Les cuento esta larga historia para hacerlos despertar acerca de quiénes realmente son ustedes: un ángel en el centro de vuestro ser. Vuestra autoconciencia en desarrollo me ayuda. Si ustedes recuerdan quiénes son nosotros podemos tener nuevamente una asociación.
Yo veo vuestra añoranza, yo siento vuestra nostalgia. Yo los veo extendiéndose hacia el estado alegre y despreocupado que por un lado alguna vez fue tan familiar para ustedes, y que por otro lado ahora aún es tan lejano y distante. Ahora es el tiempo de retornar a quiénes ustedes son. Es el momento de trepar esa escalera y de abrazar vuestro cuerpo emocional con vuestro corazón. Rodeen vuestro dolor, vuestra sensación de pesadez, vuestra tristeza con la conciencia angelical de mansedumbre y compasión que es natural para ustedes. Ustedes pueden ayudarse a ustedes mismos.
Ahora ustedes se están volviendo un ángel que es capaz de sostener su luz en el reino más denso de la realidad. Están llegando a ser un creador consciente quien ha aprendido a manifestarse en reinos de luz y oscuridad sin perderse en ellos. Ustedes están llevando una semilla de conciencia que es transformadora para su ambiente. Se están volviendo un maestro espiritual. Un maestro espiritual no es alguien que está bajando de los reinos superiores para explicarles a los ignorantes de qué se trata la vida. Un verdadero maestro ha pasado él mismo por la oscuridad y les extiende su mano a ustedes no desde arriba sino desde una unidad interior sentida profundamente.
La aventura que alguna vez comenzaron como un ángel creativo está llegando a su fin. Especialmente en este capítulo final de vuestro viaje son invitados a reconectarse conmigo, la forma de vida sobre la cual vuestro experimento tuvo lugar. Permítanse viajar con vuestra imaginación, vuélvanse el soñador y visionario que alguna vez fueron. Aduéñense de la grandeza de lo que quiere manifestarse en la Tierra a través de ustedes. Vuélvanse otra vez el ángel que graciosamente se confía a la magia de la vida. Déjense guiar por lo que les da alegría e inspiración. El ángel dentro de ustedes no quiere otra cosa más que volverse totalmente humano. Sintiéndose uno con el ángel interior ustedes traen a la Tierra un pedazo del cielo.
© Pamela Kribbe 2011
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