Un día en que recogía leña por el monte, un granjero se encontró un huevo de águila. Lo metió en una bolsa y, una vez en su granja, lo colocó en el nido de una gallina de corral. Así fue como el aguilucho fue incubado y criado junto a una nidada de pollos. Al creer que era uno de ellos, el águila se limitó a hacer durante toda su vida lo mismo que hacían todos los demás. Escarbaba en la tierra en busca de gusanos e insectos, piando y cacareando. Incluso sacudía las alas y volaba unos metros por el aire, imitando así el vuelo del resto de las gallinas.
Los años fueron pasando y el águila se convirtió en un ave fuerte y vigorosa.
Hasta que un buen día divisó en el cielo un magnífico pájaro que planeaba majestuosamente entre las nubes. El águila no podía dejar de mirar hacia arriba, asombrada de cómo aquel ave surcaba las corrientes de aire con sus poderosas alas. "¿Qué pájaro es ése?", preguntó maravillada a una gallina que estaba a su lado.
"Ésa es el águila", respondió cabizbaja la gallina. "Es todo lo contrario de lo que somos nosotras. Tú y yo hemos nacido para mantener la cabeza agachada y mirar al suelo".
Entonces el águila.......
......El final de éste cuento está aún por escribirse. ¿Permanecemos en el corral o alzamos el vuelo?, enfermedad o plenitud, carestía o abundancia, reacción o acción, materia o multidimensionalidad....¿continuamos creyendo en ruedas cuadradas o despertamos del MATRIX?
Innovación El dificil cambio del paradigma. En clave de humor
Juán
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