De: "Jorge Luis Bona"
Ha pasado casi un año desde que envíe mi último boletín de noticias y en verdad ha sido un año duro. Pasé por un periodo muy intenso donde experimenté enfermedad, miedo y depresión. No he estado trabajando y por bastante tiempo me sentí completamente aislada del mundo. Mirando retrospectivamente hubo significado detrás de este proceso de transición tan difícil, pero es seguro que no lo sentí así mientras lo estuve pasando.
En este boletín de noticias les contaré un poco más sobre el proceso que atravesé porque creo que muchos trabajadores de la luz en todo el mundo están pasando por algo similar. Parece ser una época de una gran depuración para nosotros y aunque es muy difícil sostener tu fe durante este proceso purgatorio, hay significado y propósito en él.
Jeshua me está diciendo que tenemos que atravesarlo, permitiéndonos ser dados vueltas y puestos patas para arriba, para realmente comprender de qué se trata el trabajo de luz. Uno de los frutos de este proceso es que nos permite volvernos maestros mucho más compasivos. Cuando tú desciendes a los rincones más oscuros de tu personalidad, cuando tú permites que la oscuridad entre a tu conciencia, tú te vuelves humilde en el buen sentido de la palabra. Tú comprendes los extremos de la emoción y del comportamiento humano desde adentro. Todas las razones para juzgar a los demás o incluso a ti mismo se desmoronan cuando tú realmente enfrentas tu propia oscuridad. Es entonces cuando tú comprendes que antes que nada eres humano, al igual que cualquier otro.
Como un ser humano, uno participa en el reino de la dualidad, y el arte de vivir en la Tierra es aceptar e incluso celebrar esto, más que trascender y elevarse sobre esto. Esto puede sonar extraño porque ¿no se espera de nosotros que esta vez nos movamos más allá de la dualidad? ¿No se trata de esto la espiritualidad? Yo ahora creo que es mucho mejor aceptar la dualidad que querer trascenderla. La incitación a trascender la dualidad a menudo delata una falta de respeto por la realidad en la Tierra, el miedo a rendirse verdaderamente a ella, y una ligera actitud condescendiente con respecto a las personas que no están “trabajando en ellos” espiritualmente. Yo estoy segura de que fui culpable de estas tres cosas. Pero pienso que ha sido una trampa para muchos trabajadores de la luz. La paradoja es que una vez que tú realmente abrazas a la dualidad como el modo en que las cosas son en el planeta Tierra, tú ya no luchas más contra tu propia naturaleza, y esto puede ser tal alivio, ¡que uno después de todo siente como si se hubiese movido más allá de la dualidad!
Habiendo hecho un montón de “trabajo interior” (por medio de terapia de regresión, sanación, meditación, canalización) durante los pasados ocho años, yo pensaba que conocía mis partes oscuras y que más o menos las había trascendido. ¡Bueno yo estaba equivocada! Me tomó un año comprender que es más sabio para mí abrazar y darle espacio a mi lado oscuro en lugar de luchar contra él, porque luchar contra él hizo que las cosas se pusieran peor mientras que aceptarlo, finalmente, me dio una profunda sensación de alivio y una nueva conciencia del milagro en la vida.
Para mí el proceso comenzó en la primavera del 2009, cuando lidiaba con una persistente inflamación estomacal (gastritis) lo cual se volvió incluso más doloroso. Sufría específicamente de reflujo ácido, lo cual me producía todo el día y toda la noche una sensación de quemazón en mi garganta. Había comenzado a experimentar estos problemas dos años antes, y yo creía que estaba causado principalmente por el estrés que sentía como resultado de mi trabajo que crecía cada vez más.
Aunque yo amaba mi trabajo (ofreciendo talleres, canalizaciones públicas y consultas individuales) había un montón de miedo e inseguridad en mí, lo cual emergía a la superficie cada vez que tenía que hacer una canalización o una lectura. Sentía miedo de ser ridiculizada, de no saber qué decir, de no cumplir con Jeshua, en resumen miedo al rechazo. Este miedo no desapareció cuando comencé a dar más talleres y consultas, y me provocó un montón de estrés. Como resultado de esto mi estómago me avisaba que era demasiado para digerir. Yo por mucho tiempo no lo escuché.
En mayo del 2009 el dolor se volvió muy difícil de soportar. Fui al hospital y me diagnosticaron gastritis (inflamación del estómago). Los medicamentos que estaba tomando no me ayudaban ni tampoco mi estricta dieta parecía tener ningún efecto. En los meses del verano comencé a sentir miedo del dolor físico y ya no pude más dormir muy bien. Cancelé todos los talleres y consultas y después de varios meses el dolor se calmó. Sin embargo, el problema no estaba resuelto. Ahora el miedo se volvió el problema principal. Estaba experimentando intensos miedos que recorrían todo mi cuerpo, de lo que no conocía un origen claro. Ya no me veía más con muchas personas porque no estaba trabajando, y mi estómago se estaba poniendo mejor, aún así el miedo permanecía.
En el pasado yo había hecho mucha terapia de regresión y sabía que este miedo inexplicable muy bien podría estar causado por el trauma de una vida pasada. Para ser honesta, yo pensaba que había tratado mucho con este trauma de vida pasada pero ahora encontré que aunque uno puede entender el trauma con la propia mente, las cicatrices emocionales llevan un montón de tiempo para sanarse. El hecho de que yo tuviera tales miedos de canalizar y de hablar en público, estaba relacionado con una vida pasada en la cual había hecho algo similar y había sido rechazada e incluso perseguida por ello. Sin embargo el hecho de que yo supiera que éste era el caso no era suficiente para erradicar ese miedo. Decidí que tenía que experimentar el miedo, dejar que pasara a través mío por decirlo así. Mi marido Gerrit había experimentado miedos similares unos diez años atrás y él halló que cuando le dijo “sí” a esos miedos una y otra vez, dándoles las bienvenida como una parte de su alma que quería ser sanada, ellos se volvieron más soportables y finalmente se aquietaron. Jeshua ha dicho lo mismo en varias canalizaciones, y yo leí otros libros que básicamente afirmaban lo mismo.
Sin embargo, el hecho era que yo no podía. Yo simplemente no podía aceptar el miedo porque me sentía tan mal. Nunca había experimentado tanto miedo antes. Me provocó hiperventilación crónica y el insomnio se volvió incluso peor en el otoño del 2009. Al final yo difícilmente dormía algo y casi ni distinguía entre estar dormida o despierta. Mi percepción de la realidad se distorsionó y temí que mi mente ya no pudiera más volver a funcionar bien. También me deprimí mucho. Había en mi alma una melancolía y una falta de confianza básica en la vida que yo siempre había sabido que estaba ahí, ocultándose en el fondo por decirlo así. Ahora salía de su escondite y se manifestaba como un estado oscuro de la mente en el cual yo me cerraba al mundo completamente.
Me sentí desconectada de mi marido y de mi hija de 8 años así como también de mis guías celestiales Jeshua y María. Estaba completamente sola y sentía que no había lugar para mí en este mundo. Pensaba que tenía que desaparecer y me sentía completamente inútil. Estaba perdiendo mucho peso y básicamente no hacía nada en todo el día. El tiempo pasaba increíblemente lento y una hora parecía durar un día. Lo peor era que durante los meses del invierno yo casi no sentía siquiera algo. Mientras que yo había sido muy sensitiva antes, ahora parecía incapaz de sentir emociones en mi cuerpo. Esto era muy pavoroso y ahora me daba cuenta de que era preferible sentir miedo a no sentir siquiera algo.
A comienzos de la primavera del 2010 las cosas finalmente cambiaron. Acepté la ayuda y el tratamiento de un psiquiatra. Al principio yo rechazaba todo lo que decía y me sentía molesta con el medicamento que él me prescribió. No obstante, sacar el problema a la luz produjo un cambio, incluso siendo doloroso y embarazoso. Para mi sorpresa mis amigos y mi familia me apoyaron hasta el final, incluso si yo me mostraba hostil con ellos y no respondía sus mensajes y llamados telefónicos. La gente seguía enviándome tarjetas postales, algunas mujeres organizaron una cadena de sanación, y mi querido marido e hija permanecieron cerca de mí incluso cuando mi comportamiento se volvía errático e irracional (me ahorraré de contarles las anécdotas ;-).
Para mí fue una experiencia increíble el darme cuenta de lo realmente generosas que son las personas. Mientras yo me sentía alienada de mí misma y avergonzada por ser diagnosticada con un desorden psiquiátrico, mi familia y amigos aún me veían, incluso si yo no lo hacía. Ésta ha sido una experiencia profundamente sanadora para mí. Mi desconfianza básica en la vida era simplemente refutada por la bondad de las personas que me rodeaban. De este modo experimenté la sanación de mis heridas internas de un modo que nunca hubiese pensado. Ahora me doy cuenta de que la gente realmente me quería, desgarrada hasta los huesos, lo cual en mi caso podría tomarse como totalmente literal ;-) ya que pesaba sólo 92.5 libras/42 kilos.
Ahora me siento bienvenida en la Tierra y saboreo cada día. Ahora disfruto de la intimidad que siento con mis amigos y mi familia, estoy agradecida de sentir la conexión con Jeshua y con la madre Tierra otra vez, y también amo las pequeñas cosas de todos los días, como ver abrirse una flor, sentir a mi hija acurrucarse sobre mí en la mañana, o ver a mi gato desperezarse. Aquí es donde quiero estar. Me siento profundamente agradecida de la vida en la Tierra.
Mi lado oscuro, como el lado oscuro de cualquier otra persona, tiene que ver con mi miedo a vivir. Yo básicamente desconfiaba de la vida en la Tierra, especialmente de otras personas, desde el día en que nací. Sé que no estoy sola en esto, porque muchos trabajadores de la luz vivos en la actualidad entraron a esta encarnación con sentimientos similares. Recientemente canalicé un mensaje de Jeshua para un amigo, quien también lucha con profundos miedos los cuales no parecen tener un motivo. Terminaré citando a las palabras de Jeshua para él, porque siento que ellas son apropiadas para lo que muchos trabajadores de la luz están pasando ahora. (El mensaje está dirigido a una persona masculina, por lo tanto Jeshua se refiere a “él”, el
“niño interior”, etcétera.)
Jeshua en tratar el miedo:
“El miedo que tú estás experimentando es el miedo más profundo que un ser humano puede enfrentar: el miedo a vivir.
Las personas piensan que ellos le temen a la muerte, pero en realidad ellos le temen a la vida, porque la vida es una fuerza fuerte e impredecible que los lleva más allá a los niveles elevados del amor y de la alegría y a los niveles inferiores del miedo y la soledad. La vida tiene que ver con sentir.
Tú temes sentir tu miedo, porque piensas que te va a destruir.
Sin embargo, este pensamiento es simplemente otra forma de miedo.
La única solución es enfrentar el miedo, dejarlo ser, abrazarlo como es. Es parte de la vida.
Para ser capaz de vivir con tu miedo, tú tienes que tomar una decisión.
Es la decisión de vivir, específicamente de vivir en la Tierra en este momento. Esta decisión no la puede tomar nadie más que tú. Tú tienes que tomarla y debe venir de tu corazón: de tus sentimientos más que de tus pensamientos.
En tu interior profundo hay un pequeño niño esperando ser bienvenido y mimado.
Él no fue recibido por su madre terrenal de un modo que lo hiciera sentir verdaderamente amado por quien él era. Él no se sentía en casa en la Tierra. Él también lleva adentro angustia de otra vida.
Este pequeño niño se ha sentido traicionado y abandonado por la vida. Él no está seguro de querer vivir en la Tierra otra vez.
Ahora él te está pidiendo que te extiendas hacia él desde tu corazón. Tu miedo es su voz llamándote.
Abrazar la vida en la Tierra ahora es abrazar a este pequeño niño interior.
¿Quisieras que alguna otra persona tenga a su cuidado sus heridas?
¿Quisieras entregar este precioso niño tuyo a otro que no sea tú mismo?
Él te está esperando.
Lo que él necesita de ti antes que nada es tu aceptación. Él quiere que tú te hagas responsable de él y dile que tú estás ahí para él no importa para qué. Él necesita saber que tú estás ahí incluso si sigue llorando y teniendo miedo. Él tiene que saber que tú estarás ahí incondicionalmente. Sólo entonces él se puede relajar…
Tú ves, no puedes hacer que su miedo se vaya a través de cualquier método externo. La idea de que él necesita ser sanado o “ajustado” – con la ayuda de sanadores o métodos de sanación – puede hacerle sentir que algo está mal con él. Puede sentirse rechazado por eso. Él no tiene confianza en la vida. Él único modo en que su confianza puede recuperarse es estando tú ahí incluso si él sigue teniendo miedo. Tú tienes que aceptarlo incondicionalmente, y sólo entonces este niño herido recibirá verdadera sanación.
Si tú verdaderamente abrazas a este niño interior tuyo, él te otorgará muchos regalos entre los cuales el mayor es encontrar nuevamente alegría en la vida, disfrutar del paseo entre los altos y los bajos, sentirte seguro y en casa en la Tierra en este momento.”
Cálidos saludos,
Pamela & Gerrit
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